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La moneda macuquina, acuñada a martillo entre los siglos XVI y XVIII, marcó la pauta económica del Virreinato de Nueva España. Su irregular forma, resultado de un proceso artesanal, contrasta con la precisión de las monedas posteriores. Sin embargo, esta peculiar característica la convirtió en un objeto histórico de gran valor, tanto por su relevancia económica como por las anécdotas que la rodean.

 

Orígenes y características:

La introducción de la moneda macuquina en Nueva España se remonta al reinado de Felipe II, quien buscaba estandarizar la circulación de metales preciosos en sus dominios. A diferencia de las monedas acuñadas a prensa, las macuquinas se producían golpeando láminas de plata con martillos y cuños, lo que les confería un aspecto irregular y bordes dentados. En las cecas de la Nueva España, los ensayadores cortaban pedazos de plata a peso y luego los martillaban entre dos cuños para estamparlos. Este método artesanal resultaba en monedas de bordes irregulares y variabilidad en la claridad de sus diseños, cada una única en su forma.

Ocho reales del Periodo de Felipe II. Colección numismática Banxico

 

 

Valor y denominaciones:

Las monedas macuquinas circulaban en diversas denominaciones, siendo las más comunes el real y el medio real. Su valor se determinaba por el contenido de plata pura, lo que se medía en «leyes». Una moneda de «ocho reales», por ejemplo, equivalía a 27 gramos de plata pura.

 

1/2 Real de Plata, Periodo Felipe II, Colección numismática Banxico

 

 

Curiosidades y anécdotas:

El origen del término «macuquina»: Se cree que proviene del árabe «maquq», que significa «golpeado» o «aplastado», en referencia al proceso de acuñación manual.

Imagen generada por IA por lo que los elementos pueden estar fuera de contexto

Falsificaciones y recortaduras: La irregularidad de las macuquinas las hacía vulnerables a la falsificación y al recorte de sus bordes para obtener metal precioso. Para combatir estas prácticas, la Corona española implementó medidas como la marca de ensayador, que garantizaba la ley de la moneda.

Un sistema monetario complejo: La coexistencia de monedas macuquinas con otras monedas acuñadas a prensa, como las «columnarias» y las de «busto», generaba un sistema monetario complejo y sujeto a confusiones entre la población.

Piratas y Tesoros Hundidos: Las macuquinas no solo circulaban en los mercados de la Nueva España; también atraían la codicia de piratas y corsarios. Muchos barcos cargados con estas monedas terminaron en el fondo del mar, víctimas de asaltos o tormentas, convirtiendo a las macuquinas en codiciados tesoros sumergidos.

El «Peso de Ocho»: Una de las denominaciones más famosas de las macuquinas es el «peso de ocho» o «pieza de a ocho», conocido mundialmente como el «dólar español». Su amplia aceptación en el comercio internacional lo convirtió en una moneda de referencia global hasta el siglo XIX.

La Real de a Ocho y la Independencia de EE.UU.: Curiosamente, este «dólar español» tuvo un papel crucial en la Revolución Americana, sirviendo como moneda en las colonias rebeldes y financiando, en parte, la lucha por la independencia.

Referencias:

por Ivan