Que no te despeluquen. El origen de las peluconas.
La denominación «pelucona» proviene de manera coloquial debido al distintivo busto del rey con peluca que adornaba las monedas. Este detalle no era menor, ya que la moda de las pelucas era un signo de estatus y refinamiento en la Europa de aquel tiempo, reflejando hasta en la moneda circulante en sus territorios ultramarinos.
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¿Eso tiene que ver con advertir a alguien que “no le vayan a despelucar”? Justamente al ser una moneda tan valiosa, según algunos se asoció con perder el dinero o valor que se podía tener.
Una curiosidad notable es el sistema de control y marcaje que se implementaba para asegurar la autenticidad y el contenido de plata de las monedas. Cada casa de moneda tenía sus propias marcas, que incluían iniciales de ensayadores y símbolos específicos, haciendo de cada moneda una pieza única además de un instrumento monetario. Esto no solo era un método de control de calidad sino también una forma de trazabilidad que hoy en día fascina a coleccionistas y estudiosos de la numismática.
La era de las peluconas concluyó con las reformas borbónicas y la modernización de las casas de moneda, pero su legado perdura. Son testimonio de una época de intercambios culturales y económicos, de la riqueza y complejidad de los territorios españoles en América, y de la evolución de la moneda como reflejo de las dinámicas sociales y políticas de su tiempo.
Referencias
Historia de la moneda y billete en México. https://educa.banxico.org.mx/recursos/pdf/%7B4406B11A-FF84-0ACD-7CE1-4BE93C459320%7D.pdf