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Imagina por un momento que vives en el México antiguo, rodeado de pirámides majestuosas, mercados bulliciosos y rituales vibrantes. En este mundo, un objeto cotidiano esconde un misterio fascinante: las tajaderas.

¿Qué son?

Fray Juan de Torquemada, en su descripción de los mercados de la Nueva España, menciona que aunque se usaban diversos objetos en el comercio, el intercambio de productos, como el cacao y ciertas mantas, era lo más común. Destaca el uso de piezas de cobre, de forma y tamaño similares a las tajaderas, como medio de intercambio. Estas piezas, según Torquemada, tenían un ancho de tres a cuatro dedos (aproximadamente 5.71 cm a 7.62 cm) y variaban en su grosor. Un ejemplo similar fue encontrado en Oaxaca, con medidas y peso específicos. A pesar de las dudas sobre su autenticidad como monedas en las culturas prehispánicas, la literatura especializada las describe con términos que sugieren formas de herramientas, aunque también se reconocen como hachuelas. A diferencia de la percepción actual de las autoridades en numismática, estos hallazgos confirman su uso evidente en las sociedades mesoamericanas, especialmente en el occidente de México.

Colección numismática del Banco de México

Es importante analizar la función de las hachas de piedra en las comunidades prehispánicas para poder hacer comparaciones entre sus procesos de producción y sus significados. Las hachas hechas de jade y materiales parecidos, en particular, se inclinaban más hacia un valor simbólico que utilitario. Este tipo de piedra era extremadamente apreciado en las culturas mesoamericanas, hasta el punto de ser considerado mágico-religioso y de uso exclusivo de la élite. Por ejemplo, en la cultura Olmeca del periodo Preclásico, las hachas de jade no muestran señales de haber sido utilizadas, y se las encuentra a menudo en ofrendas y tumbas.

Colección numismática del Banco de México

Imagina un mercado bullicioso, lleno de colores y aromas. Entre los puestos de jade, plumas y cacao, un artesano muestra sus tajaderas: piezas de cobre con forma de hachuela, bellamente ornamentadas. No son simples herramientas para cortar carne o preparar alimentos. Son monedas, un sistema de intercambio que permite adquirir desde un humilde maíz hasta un lujoso manto de plumas.


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Curiosidades

Aunque comúnmente asociadas con el periodo prehispánico, el origen exacto y la cronología de las tajaderas siguen siendo un tema de debate entre los historiadores y arqueólogos. Su presencia en contextos tanto prehispánicos como coloniales tempranos sugiere una transición y adaptación cultural significativa.

A diferencia de otras culturas que utilizaban oro o plata para sus monedas, las tajaderas eran hechas principalmente de cobre, un material mucho más accesible en Mesoamérica. Esto refleja las diferentes valoraciones de materiales entre culturas y épocas.

Se dice que las tajaderas formaban parte del tesoro que Hernán Cortés esperaba encontrar en Tenochtitlán. La leyenda cuenta que Moctezuma II tenía grandes cantidades de estas «monedas» de cobre, lo que añadía a la riqueza y el misterio del imperio azteca.

Hoy en día, las tajaderas son objetos de gran interés para coleccionistas y estudiosos de la numismática, representando una conexión tangible con el pasado prehispánico y colonial de México. Cada pieza, con su forma única y su historia, es un testigo silencioso de las complejas interacciones económicas y culturales de aquellos tiempos.

Referencias

Márquez Lorenzo, E. (2021). La moneda de cobre en las sociedades mesoamericanas. Desacatos, (66), 96-111. Recibido el 14 de mayo de 2019; aceptado el 16 de octubre de 2019.

Historia de la moneda y billete en México https://educa.banxico.org.mx/recursos/pdf/%7B4406B11A-FF84-0ACD-7CE1-4BE93C459320%7D.pdf

por Ivan

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